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A veces hay que abrirse y enseñar el alma.

martes, 20 de marzo de 2012

-De todos modos, no tenía ninguna oportunidad en los juegos.
-No debes pensar así.
-¿Por qué no? Es la verdad. Mi única esperanza es no avergonzar a nadie y ... -vacila.
-¿Y qué?
- No sé cómo expresarlo bien. Es que.. quiero morir siendo yo mismo. ¿Tiene sentido? -pregunta, y yo sacudo la cabeza. ¿Cómo va a morir siendo otra persona?-. No quiero que me cambien ahí fuera, que me conviertan es una especie de monstruo, porque yo no soy así. -Me muerdo el labio, sintiéndome inferior. Mientras yo cavilaba sobre la existencia de árboles en el estadio, Peeta le daba vueltas a cómo mantener su identidad en medio de un crimen, de las dimesiones al que nos enfrentamos.
-¿No matarás? -preguntó.
-No. Aunque supongo que cuando llegue el momento lucharé como los demás, no me puedo rendir, pero me gustaría encontrar una forma de... de demostrarle al Capitolio que no le pertenezco, que soy algo más que una parte de sus juegos.
-Es que no somos nada, así funciona.
-Vale, pero dentro de ese esquema, yo sigo siendo yo y tú sigues siendo tú.-sigue insistiendo.
- ¿A quien le importa Peeta?
- A mí.

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