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A veces hay que abrirse y enseñar el alma.

sábado, 22 de junio de 2013



Se miro al espejo y se vio un poquito más mayor, más feliz, con más ganas y desde luego quien no lo haría después de haber leído esos pequeños trozos de sentimientos sinceros. Lo bonito de las promesas era cuando sabías que se iban a cumplir daba igual que prometieran una piruleta o un corazón donde resistir lo importante era que se mantuvieran a flote. Cuando acabemos esto, el colegio, la universidad, el verano, nuestra boda, cualquier cosa el final de algo implica distanciamiento de todo aquello relacionado con ello, puede que los primeros meses sigas intentando mantener esa sensación de que sigue siendo verano, navidad,  intentas recordar como te sentías y con quien lo sentias pero al final la gente acaba fallando, se olvidan o se superan porque igual no siempre se quedo un buen recuerdo.

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